Influencers y estilo fílmico: cuando el contenido se vuelve cine
- Ameyalli Acuña

- 3 jul
- 2 Min. de lectura
Escrito en colaboración con la IA.
En redes sociales, hay algo que está cambiando la forma en la que las personas cuentan su historia.
Cada vez más creadores —sobre todo en TikTok e Instagram— están documentando su día a día como si fueran los protagonistas de una película: muestran su rutina de skincare, el desayuno que preparan, la caminata al trabajo o un café con su pareja.
Todo está editado con música envolvente, encuadres cuidados, colores suaves, y una atmósfera que parece sacada de una cinta indie o hasta de un corto de Wes Anderson.
Esta tendencia no es solo estética: es una nueva forma de storytelling. Una donde lo cotidiano se convierte en símbolo, y donde las redes sociales dejan de ser solo vitrinas para convertirse en escenarios narrativos.
Narrativas que conectan desde lo emocional
Estos videos funcionan porque romantizan la rutina. No hay grandes discursos ni promociones directas.
Hay presencia, intención y detalle.
Los creadores no necesitan “decir” que llevan una vida equilibrada o creativa: lo muestran a través del ritmo de su edición, la música que eligen o los planos que construyen. Se convierten en personajes que queremos seguir no por lo que venden, sino por lo que transmiten.

Y lo más interesante: esa narrativa construye un estilo de vida aspiracional, pero no por ostentoso, sino por emocionalmente habitable. El público no quiere tener lo que ve, quiere sentirse como lo que ve.
¿Cómo construyen ese storytelling?
1. Composición visual cuidada
Encuadres simétricos, luz natural, planos frontales o con profundidad. Una cámara que observa con calma, sin sobresaltos.
2. Estética definida
Uso de paletas de color coherentes, filtros cálidos, tipografías discretas y música instrumental o retro que refuerza la atmósfera emocional.
3. Narrativa de lo cotidiano
Mostrar tareas simples —como cocinar, ordenar o escribir— con una edición que da valor a esos momentos. Lo banal se vuelve poético.

4. Aspiracional emocional
El deseo no está en el objeto, sino en el estado que transmite: paz, conexión, autenticidad, belleza sin esfuerzo.
5. Creatividad desde lo simple
No se necesitan sets de filmación ni equipos de producción. El recurso más poderoso es la mirada del creador.
En un ecosistema saturado de información, lo que diferencia a una marca no es la cantidad de contenido que publica, sino la calidad de la historia que cuenta. La forma en que los creadores de contenido están resignificando lo cotidiano —con sensibilidad, ritmo y estética— es una invitación a repensar cómo comunicamos. Porque detrás de cada plano cuidado y cada narrativa sencilla, hay una estrategia poderosa: crear emociones duraderas a partir de momentos aparentemente simples. Y eso, en términos de conexión de marca, es oro puro.





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